Archive for the ‘Vida Real’ Category

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Tu tiempo es ahora una mariposa

2010/02/09

Mi espalda, mi atrás, es, si nadie se opone, mi pecho de ella. Mi vientre está contrapuesto a mi vientre de ella. Ten­go dos cabezas, cuatro brazos, cuatro senos, cuatro piernas, y me han dicho que mis columnas vertebrales, dos hasta la altura de los omóplatos, se unen allí para seguir –robuste­cida– hasta la región coxígea.
Yo-primera soy menor que yo-segunda.

 

La doble y ùnica mujer, Pablo Palacio

 

 Armamos un jucio de respuestas fisiològicas y sentimientos, conductas apropiadas de aquello que recordamos o que no olvidamos, o que aprendemos a guardar en el bolsillo.

El recuerdo puede convertirse en un condicionamiento clàsico, aùn cuando atravès del atàvico pasado, del presente y del futuro deseado no implica ni una sola actividad relevante.  Esta memoria  nos deja evocando la vida real de una manèra teòrica y  lògica para lo cual no escaseamos en respuestas. El  malestar nos embulle en un comportamiento egoista e infantil, en dònde nuestro sufrimiento – producido por la fustraciòn emocional- es lo ùnico que existe. El alivio viene de convertir lo que un dìa fuè una vida, en un artefacto tachonado de momentos puramente placenteros facturados de tristeza. Cuando nos hemos convertido  en una forma màs restrictiva de nosotros mismos, comanda  la angustia, la confusiòn y una serie de rituales que nos protegen de acontecimientos catastròficos e imaginarios. El mundo es una trampa y la ilusiòn es un pecado mortal. Quedan la ira, el miedo y la repugnancia como evidencia con la que lidiamos despues del trauma.

 Hoy creo que las emociones no son condiciones innatas y despuès  de entrenarme para sentir lo mismo, he desmenuzado el contenido; para mi era  el amor, el amor que me dieron, que di con distintos objetos tomando en cuenta la inocencia. Desde allì el tiempo se burlaba, los espacios, los lugares y las personas se reìan,  no entendìan los motivos en una ceguera romàntica de bienestar.

El dìa sorprende con olvido y para no creer que es de turno se autorevisa con fàbulas, con ironìas ya escritas en esta pàgina, mòstrandome impacible o incluso mostrando una emociòn opuesta: mintiendo.

Demorada   e irreal parece la sonrisa que me devuelve el espejo, que he vuelto a poner la cabeza en almohada para soñar y ruedan làgrimas de pura verdad. He sido una adolescente diez años, que dejo atràs con la dificultad de la voz que reconoce cuanto estuvo por debajo, cuanto fue cielo e infierno y cuanto aprendiò en lo autentico y lo falso. Es esta la idea de felicidad que tengo, las ganas del fondo de no ser màs una sobreviviente sino una viva.

Con la complicidad de los bebès mi primo Lucièn «Leòn»  y el Antonio «Antonio. pùblico y personal» sus inclusiones y exclusiones, que borraron lo invisible.

 Con el amor de Fernando Mejìa «Serse» mi primer novio, motivo de muchos, casi pocos, todos los post que he escrito, años que ya no puden ser ni segundos.

Con la infinita y heròica paciencia de Erika mi mejor amiga real y virtual  por corregir, aumentar y traducir cada pedazo  voluble que decidì colgar.

A vista y susto de mamà y tìa Amanda.

Con la ayuda bibliogràfica de muchos ìdolos como JM que me diò nombre y como  Aute, Virginia, Murakami, Joyce, Miller,  Bukoswski, Cortàzar,  Sabina y Serrat quienes seguro permaneceran intactos en otro sitio.

Queda aquì todo para leerlo de vez en cuando ecuchar la mùsica y leerme para saber, para saber màs.

Silvio, sòlo Silvio al comienzo y al final de todo para sentenciar :

He vuelto a ser aquel cantar del aguacero

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Una madeja

2010/01/27

El corazon es como una bola de hilo, se dasata y no vuelve y luego hay que recogerlo y volverlo a hacer

Uno nuevo de ida y vuelta

¿Cuantos comienzos tengo?

¿ Cuantos finales?

No se si naci completa

No se si ya los use todos

Hay que fabricarlos

Lo aprendimos de ella, muy pequeñas, mi prima Clari, tan china como Bjork, que compartio el Homogenic calientito recien salido de la tienda, si por esa espoca nos preguntaban a donde queriamos ir, a Islandia a conocerla.

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Un cisne

2010/01/26

Algunaz veces algo sale bien, luego este algo sale mejor y luego no es màs, no puede ser màs porque entonces serìa ballet.

En un lago un cisne blanco agoniza, un pàjaro viaja y la muerte es la belleza, ese instante puro del final.

¿Cuànto queremos algo?
¿Cuànto trabajo necesita ese amor?
Amar tu oficio mas que a cualquier vida, aunque este sea las vidas, mas que estar vivo, mas que a quien te dio la vida, mas que quien te hace sentir vivo, mucho màs.

Es cuando ese vulgar y personal quehacer deja de ser una superficial llama motivacional que arrastramos como simples gustos, como comodidades, como chantajes de placeres comunes, como intercambios de una posiciòn.

Entregar la disciplina, entregar la voluntad para alejarse del mundo, volverse sordo hasta de tu propio cuerpo y no escuchar ni las visceras que piden descanso.

Seguro hay un castigo para quienes solo podemos hacerlo asi, amordazarse con intensidad y no tolerar el error, porque èl puede ser igual a la muerte.

No se còmo decirlo, sòlo sè ver el Ballet.

La perfecciòn solo existe una vez y esta en mi bailarina favorita de todos los tiempos. Maya Plisetskaya «La muerte del cisne».

Porque no es sòlo talento, no es sòlo tècnica, no es sòlo voluntad, es disciplina, la costosa disciplina.

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Geopolìtica

2010/01/20

En el piso.

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Entre Canibales

2010/01/12

El placer tiene colores de mundos distantes, intensidades, despues resulta que una ya no es una, descubres que puedes nadar en un desierto de torres, de multitudes preñadas.

Descubrí mi belleza mientras dormía, cuando ya la vida era nocturnidad desconfiada.
La piel podría confundirse, en mis ojos desprovistos de pureza, con luz que entraba desde el rincón, el aliento que sale hacia los muslos soñando con la ciudad de afuera. Para cuando me traslade con un giro pequeño, era tarde, porque mi cuerpo se había poseído del fantasma eterno del olvido; empezaba justo en la boca, regaba su fluorescencia aprovechando la curvatura de los hombros hasta llegar a los dedos, aquí lo detuve capturándolo en un suspiro de vientre, improvisado o premeditado, no importaba porque estaba justo en el comienzo, en el labio que levantó la sombra que me cuida.

Interminable fuego.
Dobles de mi
Triples de el

¿Amigos ? ¿Amantes?

En el exceso, los cuerpos encontramos las respuestas.
Diluirse, verterse hasta corromper el aire.

Mía: así te llamas.
¿Qué más harmonía?
Mía: luz del día,
Mía: rosas, llamas.
.
. . . .¡Qué aroma derramas
En el alma mía
Si sé que me amas,
¡Oh Mía! ¡oh Mía!
.
. . . .Tu sexo fundiste
Con mi sexo fuerte,
Fundiendo dos bronces.
.
. . . .Yo triste, tú triste…
¿No has de ser entonces
Mía hasta la muerte?

Mia, Ruben Dario,

de Prosas Profanas y otros poemas

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En todas partes

2010/01/12

 Hoy no hemos hablado, no hemos despotricado, no hemos peleado , ni me he renegado, no hemos hablado de nuestras familias de tu mama de tus hermanas, de mis padres y de mis tìas, de  mis abuelos.

Como  no nos hemos visto, no hemos fumado, no hemos tomado coca-cola, ni capuchino, ni ron , ni vodka, ni vino, no hemos hablado de lo mal que lo hicieron algunos, de lo mas o menos que lo hacen otros y de lo bien que lo hizo otro grupo.  Los romances que no calificaron y aquellos para los que no calificamos

Hoy no ha sido nuestro día y al parecer serán estos los días, hoy he sentido que así  sin esa comunicación constante que exige nuestra amistad, sin ese sosiego y desasosiego se hace difícil todo.  Mañana, donde nos coja el día, donde nos toque, vaso de lo que sea por medio tendremos seguro una nueva vida para contarnos, mañana el romance de hace siglos será el último, mañana juntas sonreiremos a alguien o rechazaremos  invitaciones, sentiremos pereza y bostezaremos frente al televisor o saldremos a la calle para los relajos inéditos.

El año pasado me pediste que hiciera una promesa y no estaba lista.

Este año la  hago pública:

Te prometo que volveremos al embrujo y que el corazón de matasarno  quedara atrás. Que desempolvaremos a Aznavour, Adamo, Edith Piaf.

Te extraño para colocarnos la medalla, mi amiga.

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Tokio Blues

2010/01/12

 

En diciembre del 2007 estábamos en distintos lugares, fotos intercambiadas, yo en medio del océano y ella en el centro de la antigua capital del imperio Inca. Para los primeros días de enero llego como una mas de la familia a visitarme a casa y en medio de cajas de cerveza empezamos a hablar y hablamos de una novela.

Volé al continente para los carnavales agarramos rumbo Salinas, después de la » Casa de Roy» terminamos en la playa a las 5 am escuchando el celular y huyendo de unos presta-diario. En ese viaje embarque a mi hermana Europa y debía volver a Galápagos, no estaba en » my best» y había tomado la política de no hablar con nadie, este silencio incluía cruelmente a la persona con quien comparto la narrativa toxica que nos deja el amor y odio, recibidos y propinados.

El día del último café en la ciudad insistió con la novelita y yo le dije que era una «postmoderna» por leer a un japonés que no es Mishima, insulto inventado por nosotras, a lo cual ella me respondió con otro término del mismo linaje diciéndome cristiana. La distancia creció.

El día en que terminó de leer el libro yo estaba de guardia en el Hospital Provincial y recibí una llamada a las 2 am, con voz entre cortada me dijo algo del bosque.

Hemos molestado mucho con esto de la literatura. En Cien Años de Soledad apareció el término acuñado hasta hoy e iniciador de discusiones sobre que es y no es macondiano. Yo siempre fui Remedios y la Erika Amaranta.

En el descalabro de Rayuela, la cual bien debe quemarse después de leer, con los 18 ya encima, no hubo problemas porque nadie quería ser Lucía. El rechazo hacia «la maga» sigue incierto, tal vez porque nadie quiere ser un personaje al que se le riega el jarabe de la cuchara y » hacer literatura».

Hace poco más de un mes aburrida encontré un libro verde en el estante y decidí abrirlo, a la media hora nos comunicamos y le dije: ¡Mira pórtate bien que después te hago como Kizuki! Ciertamente no confiaría en nadie, sé quién es Kizuki y se serlo.

Me contó que tuvo miedo los meses de mi silencio. Me contó que apretaba los dedos en las páginas para que no me suicidara. He pensado que pude haber muerto en aquel momento. He pensado que mi amiga pudo haber muerto en otros tantos.

Lo duro que puede ser vivir, vernos en uno y otro tiempo vulneradas. Incontables los momentos en he secado su nariz y despejado su frente. Infinitos los momentos en que me ha sacado de la cama para estirar un vaso de agua o un café.

Una noche cualquiera ya estaba lista para desnudar a Watanabe en el lugar de turno, de quien intentamos sus aventuras con Nagasawa.

Hoy con el temor y el riesgo que esto lleva, me propongo traicionar a toda las novelas, Tokio Blues pone una raya en seco sobre los personajes femeninos con Naoko, muerta en el bosque , en la descripción siniestra, que es con la que algunas veces hemos vivido, invisible a los ojos que no identifican el silencio. Se puede caer en el despeñadero de la nada, en los límites de la frescura, en el pulso insoportable del peinado nuevo, la falda corta, las borracheras, son razones de peso para amar a Midori.

Es este un acuse de disculpas para mi mejor amiga Erika Espín por no haber prestado atención aquella noche y la recomendación de una de las mejores cosas que he leído en mi vida.

Entonces abrimos el abanico en lo que la felicidad puede significar para personas como nosotros y por eso acogimos a la Rina con su pequeña edad, quien devoro las letras y entro en el clan este de “Las lechugas hidropónicas” frescas como nadie, recién sacadas de la vitrina.

Y, de pronto nos toca ir hasta el Japón. Aunque ya hemos viajado demasiado.

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No miente

2010/01/03

Dice Margot Manuela que el tango no miente, cualquier tarde sale cantando esto.
Que pongo ahora como acuse de vida.

Me acobardó la soledad
y el miedo enorme de morir lejos de ti…
¡Qué ganas tuve de llorar
sintiendo junto a mí
la burla de la realidad!
Y el corazón me suplicó
que te buscara y que le diera tu querer…
Me lo pedía el corazón
y entonces te busqué
creyéndote mi salvación…

Y ahora que estoy frente a ti
parecemos, ya ves, dos extraños…
Lección que por fin aprendí:
¡cómo cambian las cosas los años
!
Angustia de saber muertas ya
la ilusión y la fe…
Perdón si me ves lagrimear…
¡Los recuerdos me han hecho mal!

Palideció la luz del sol
al escucharte fríamente conversar…
Fue tan distinto nuestro amor
y duele comprobar
que todo, todo terminó.
¡Qué gran error volverte a ver
para llevarme destrozado el corazón!
Son mil fantasmas, al volver
burlándose de mí,
las horas de ese muerto ayer

 

 

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Misha

2009/11/02

Yo concì a Lenin a los seis años.

Una mañana me habìa levantado temprano  en el valle despuès de un viaje largo desde la costa, salì del dormitorio y encontrè a mi tìa preparando el desayuno, como la cocina desde pequeñita no me gusta, me fuì a su estudio, ahì tenia dos grandes afiches y preguntè:

Tìa, ¿ Quièn es ese viejo?
El de barba es Marx, Carlos Marx.
No, el calvo.
Ah , el es Lenin.
¿ Son sus amigos? ¿Dònde viven?
Viven en la URSS,  si son mis amigos, los conocì en  Moscù. (riendo)
Yo sì sè dònde es Moscù,  de donde es el Oso Misha. Yo tambièn voy a ir y voy a mandar un dibujo y un cuento como mandan los otros niños. Usted puede ir conmigo, como ya conoce.
Si sobrina, Nos vamos a ir a Moscù.

La primera ediciòn de la revista Misha la regalò mi tìa Amanda y desde ahì fuè infaltable en casa. Vivìamos en un piso alto de casa mixta, con al ayuda de mi pequeña hermana ponìa un banco para alcanzar la ventana, la paz sòlo llegaba cuando veìamos de lejos a mi padre con la revista en la mano.

Encontrè esto escrito para mi abuelo por ella.  Como aquì todo se hace sin permiso, me lo puedo guardar mejor por acà para tenerlo:

Poeta de los sueños
árbol robusto
ilusionante
hacedor de risas
vivencial
hombre de muchos mundos
querendón.

Con tanto amor que crecí,
con tanto amor fui a buscar.
Gracus Baubeuf despertó,
Kropotkin cabalgó
Y con ellos transité;
conocí la sublimidad del Ché
y traté de cercar los dolores
los dolores que todavía esperan
los que cerquen de verdad.

Amanda Pàez Moreno
 

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Desafinamos

2009/10/27

Es palo, es piedra

Oh! què serà , que serà..

Si insistimos en clasificar 
el  comportamiento de antimusical,
yo, incluso mintiendo, puedo argumentar
que esto es bossa nova,
que esto es muy natural.

 De  un mixturado diàlogo bossa de la vida real.

Entramos al colegio en el 94, justo el año de la muerte de Jobim. Recuerdo que mis padres estaban de viaje en el exterior  mi primera semana de  secundaria y  podìa tener acceso a los viniles màs refundidos.  Asaltar la caja transparente, escuchar los clásicos,  Chico Buarque  a la cabeza y  tengo la mala costumbre de prestar todos los discos de mi casa, de divulgarlos. Aquello no tenìa otro sentido que la travesura. Pensé  en  ese pasado  a  nuestras anchas.  Comienzo precoz.

Quisiera sentirme despechada, eso que dice la gente y también ser ingenua. Hay mujeres mayores que lo son, las vemos cada día. Una mujer con amigas, una mujer que bebe alcohol, una mujer que trabaja demasiado, una mujer que tiene talento, que alimenta a un perro, una mujer que tiene un hijo. Parecen con sed, con ansiedad y no puedo evitar verlo absurdo y sentirme culpable por ello.

Un escritor, poeta y loco,  al referirse a mi y mis amigas, recomendando,  utilidad y el desasosiego dijo:

«Esas mujeres son ocupadìsimas, no confìes en ellas, siempre estàn pensando en algo que no es hombres y a la vez estàn pensando en hombres, tienen el corazòn duro, les gusta la buena mùsica y cuidado cuando opinan de polìtica, arte o lo que sea,  cada una tiene un tema de profesiòn, son capaces de burlarse de todos, menos de ellas mismas y son pura candela, tienen seis amantes cada una»

Ya no vive acà el muy guapo. Pero nos conoce de algunos años, ciertamente exagera, en lo que podrìan ser cumplidos, advertencias, percepciòn, burla y poesìa.

El desamor es una experiencia de mùltiples caras y extraño vivirlo con  el desdèn que alimenta.

El jueves pasado nos sentamos frente a la visiòn del rìo a medio caudal por el verano.  Hemos tenido demasiados romances dije, todos fructìferos, en los que el amor propio se vuelve un traje de brillo. Al momento de tintinear la pena, la decepciòn es irreconocible, me busco las marcas y no las encuentro, estàn entre lìneas, ya no las leo.

Me han querido, me han soplado las moscas mientras como, me han leìdo libros para que me duerma, me han acompañado hasta el amanecer en un hospital. Demasiado amor, varias veces, por largo tiempo y por un dìa. Me falta mucho para los treinta y las pocas muchas vueltas las entiende mi piel.

Vivir el amor hasta la ùltima gota.

Cada vez que voy con ellas, camino a un encuentro tengo  algo de miedo, puede ser que no tengamos esta vez nada que hablar.  Nos vemos, fumamos, tomamos coca cola, capuchino cargado, despotricamos  lo que queda de la tarde. Nuestra amistad exige comunicaciòn constante, exige aparecer todos los dìas.

Amanda, ¿ A las cinco?

Un chico me ha invitado..

Ah, entonces no vienes.

Si voy, ya rechacè, cinco y media en punto.

Que no se nos olvide que hemos probado el cemento. Hay que despojar esa idea de «mujer madura» sabelotodo, de disidente sentimental, que no es ni masculina, es inhumana.

Tengo un remedio musical: