Mi espalda, mi atrás, es, si nadie se opone, mi pecho de ella. Mi vientre está contrapuesto a mi vientre de ella. Tengo dos cabezas, cuatro brazos, cuatro senos, cuatro piernas, y me han dicho que mis columnas vertebrales, dos hasta la altura de los omóplatos, se unen allí para seguir –robustecida– hasta la región coxígea.
Yo-primera soy menor que yo-segunda.
La doble y ùnica mujer, Pablo Palacio
Armamos un jucio de respuestas fisiològicas y sentimientos, conductas apropiadas de aquello que recordamos o que no olvidamos, o que aprendemos a guardar en el bolsillo.
El recuerdo puede convertirse en un condicionamiento clàsico, aùn cuando atravès del atàvico pasado, del presente y del futuro deseado no implica ni una sola actividad relevante. Esta memoria nos deja evocando la vida real de una manèra teòrica y lògica para lo cual no escaseamos en respuestas. El malestar nos embulle en un comportamiento egoista e infantil, en dònde nuestro sufrimiento – producido por la fustraciòn emocional- es lo ùnico que existe. El alivio viene de convertir lo que un dìa fuè una vida, en un artefacto tachonado de momentos puramente placenteros facturados de tristeza. Cuando nos hemos convertido en una forma màs restrictiva de nosotros mismos, comanda la angustia, la confusiòn y una serie de rituales que nos protegen de acontecimientos catastròficos e imaginarios. El mundo es una trampa y la ilusiòn es un pecado mortal. Quedan la ira, el miedo y la repugnancia como evidencia con la que lidiamos despues del trauma.
Hoy creo que las emociones no son condiciones innatas y despuès de entrenarme para sentir lo mismo, he desmenuzado el contenido; para mi era el amor, el amor que me dieron, que di con distintos objetos tomando en cuenta la inocencia. Desde allì el tiempo se burlaba, los espacios, los lugares y las personas se reìan, no entendìan los motivos en una ceguera romàntica de bienestar.
El dìa sorprende con olvido y para no creer que es de turno se autorevisa con fàbulas, con ironìas ya escritas en esta pàgina, mòstrandome impacible o incluso mostrando una emociòn opuesta: mintiendo.
Demorada e irreal parece la sonrisa que me devuelve el espejo, que he vuelto a poner la cabeza en almohada para soñar y ruedan làgrimas de pura verdad. He sido una adolescente diez años, que dejo atràs con la dificultad de la voz que reconoce cuanto estuvo por debajo, cuanto fue cielo e infierno y cuanto aprendiò en lo autentico y lo falso. Es esta la idea de felicidad que tengo, las ganas del fondo de no ser màs una sobreviviente sino una viva.
Con la complicidad de los bebès mi primo Lucièn «Leòn» y el Antonio «Antonio. pùblico y personal» sus inclusiones y exclusiones, que borraron lo invisible.
Con el amor de Fernando Mejìa «Serse» mi primer novio, motivo de muchos, casi pocos, todos los post que he escrito, años que ya no puden ser ni segundos.
Con la infinita y heròica paciencia de Erika mi mejor amiga real y virtual por corregir, aumentar y traducir cada pedazo voluble que decidì colgar.
A vista y susto de mamà y tìa Amanda.
Con la ayuda bibliogràfica de muchos ìdolos como JM que me diò nombre y como Aute, Virginia, Murakami, Joyce, Miller, Bukoswski, Cortàzar, Sabina y Serrat quienes seguro permaneceran intactos en otro sitio.
Queda aquì todo para leerlo de vez en cuando ecuchar la mùsica y leerme para saber, para saber màs.
Silvio, sòlo Silvio al comienzo y al final de todo para sentenciar :
He vuelto a ser aquel cantar del aguacero