Posts Tagged ‘Silvio’

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Tu tiempo es ahora una mariposa

2010/02/09

Mi espalda, mi atrás, es, si nadie se opone, mi pecho de ella. Mi vientre está contrapuesto a mi vientre de ella. Ten­go dos cabezas, cuatro brazos, cuatro senos, cuatro piernas, y me han dicho que mis columnas vertebrales, dos hasta la altura de los omóplatos, se unen allí para seguir –robuste­cida– hasta la región coxígea.
Yo-primera soy menor que yo-segunda.

 

La doble y ùnica mujer, Pablo Palacio

 

 Armamos un jucio de respuestas fisiològicas y sentimientos, conductas apropiadas de aquello que recordamos o que no olvidamos, o que aprendemos a guardar en el bolsillo.

El recuerdo puede convertirse en un condicionamiento clàsico, aùn cuando atravès del atàvico pasado, del presente y del futuro deseado no implica ni una sola actividad relevante.  Esta memoria  nos deja evocando la vida real de una manèra teòrica y  lògica para lo cual no escaseamos en respuestas. El  malestar nos embulle en un comportamiento egoista e infantil, en dònde nuestro sufrimiento – producido por la fustraciòn emocional- es lo ùnico que existe. El alivio viene de convertir lo que un dìa fuè una vida, en un artefacto tachonado de momentos puramente placenteros facturados de tristeza. Cuando nos hemos convertido  en una forma màs restrictiva de nosotros mismos, comanda  la angustia, la confusiòn y una serie de rituales que nos protegen de acontecimientos catastròficos e imaginarios. El mundo es una trampa y la ilusiòn es un pecado mortal. Quedan la ira, el miedo y la repugnancia como evidencia con la que lidiamos despues del trauma.

 Hoy creo que las emociones no son condiciones innatas y despuès  de entrenarme para sentir lo mismo, he desmenuzado el contenido; para mi era  el amor, el amor que me dieron, que di con distintos objetos tomando en cuenta la inocencia. Desde allì el tiempo se burlaba, los espacios, los lugares y las personas se reìan,  no entendìan los motivos en una ceguera romàntica de bienestar.

El dìa sorprende con olvido y para no creer que es de turno se autorevisa con fàbulas, con ironìas ya escritas en esta pàgina, mòstrandome impacible o incluso mostrando una emociòn opuesta: mintiendo.

Demorada   e irreal parece la sonrisa que me devuelve el espejo, que he vuelto a poner la cabeza en almohada para soñar y ruedan làgrimas de pura verdad. He sido una adolescente diez años, que dejo atràs con la dificultad de la voz que reconoce cuanto estuvo por debajo, cuanto fue cielo e infierno y cuanto aprendiò en lo autentico y lo falso. Es esta la idea de felicidad que tengo, las ganas del fondo de no ser màs una sobreviviente sino una viva.

Con la complicidad de los bebès mi primo Lucièn «Leòn»  y el Antonio «Antonio. pùblico y personal» sus inclusiones y exclusiones, que borraron lo invisible.

 Con el amor de Fernando Mejìa «Serse» mi primer novio, motivo de muchos, casi pocos, todos los post que he escrito, años que ya no puden ser ni segundos.

Con la infinita y heròica paciencia de Erika mi mejor amiga real y virtual  por corregir, aumentar y traducir cada pedazo  voluble que decidì colgar.

A vista y susto de mamà y tìa Amanda.

Con la ayuda bibliogràfica de muchos ìdolos como JM que me diò nombre y como  Aute, Virginia, Murakami, Joyce, Miller,  Bukoswski, Cortàzar,  Sabina y Serrat quienes seguro permaneceran intactos en otro sitio.

Queda aquì todo para leerlo de vez en cuando ecuchar la mùsica y leerme para saber, para saber màs.

Silvio, sòlo Silvio al comienzo y al final de todo para sentenciar :

He vuelto a ser aquel cantar del aguacero

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Un viaje a través de la locura

2009/01/20

Un día Mary trato de cerciorarse de mi amor por ella mediante una prueba definitiva. Se cubrió de mierda y aguardó mi reacción, pues estaba absolutamente segura de que su mierda no podía repugnarme. Cuando, sin sospechar nada entré a la sala de juegos y me abordó una Mary Barnes hedionda que parecía salida de una historia de terror, el horror y el asco me embargaron. Mi primera reacción fue la huída. Me alejé a grandes pasos, lo mas rápidamente posible. Por fortuna no intentó seguirme. Habría sido capaz de golpearla.
Recuerdo muy bien mi primer pensamiento : “Es demasiado, Dios Santo. Estoy harto. A partir de ahora, que se cuide sola. No quiero tener nada mas que ver con ella”.

Luego Berke reflexiona y se dice que, después de todo, si el no se hace cargo, su relación con ella terminará; no quiere que así sea. Este argumento no admite réplica. Sigue a Mary Barnes, con no pocas reticencias.

“Mary permanecía en la sala de juegos, cabizbaja y bañada en lágrimas. Farfullé algo así como: “ Vamos, no es nada. Subamos y tomemos un buen baño caliente “. Se necesitó al menos una hora para lavarla. Su estado era lamentable. Tenía mierda por todos lados, en el pelo, por debajo de los brazos, entre los dedos de los pies.

A los 42 años, la enfermera Mary Barnes, ingresa al centro de recepción de Kingsley Hall para personal asistencial con trastornos mentales, inaugurado en 1965 y cerrado el 31 de mayo de 1970. Pasará en el cinco años y esta historia es la escribió junto con su terapeuta. CF Mary Barnes y Joseph Berke . Two Accounts of a Journey Through Mandess.

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Aquí Joseph Berke y Mary Barnes

La descripción anterior es una de las escenas psiquiátricas mas claras y básicas, del estudio de la locura. Desaparecen todas las sensaciones. Un sentimiento es mas fuerte a los demás y en eso se cree completo. En la foto, los protagonistas.

Cuando fabricó la prueba tenía una certeza dulce, una paciencia otorgada, una deuda que creyó le iba a ser pagada. Obtuvo la condena lastimera.

Entonces:

¿Fue engañada?
¿Deliró sola?

El reacciona al verla llorar. ¿ Por qué?

Por haberle hecho creer que si era capaz.
Porque no hubiera podido lidiar con la culpa de dejarla ahí.

Lo que ella esperaba, no ocurrió. Toda su seguridad era únicamente un delirio y así lo supo.

Alguien sano, la dejaba. Finalmente habría llorado un buen rato, jodido a alguna gente y a si misma, luego se levantaba, se bañaba, porque ella y solo ella, sabía como se lleno de excremento.

La mierda es la mierda.

Y, el amor no es ni tan ancho, ni tan bello, ni tan triste, ni tan sabio, ni tan solo, ni tan loco, ni tan todo, ni tan nada.

No hay que preguntarse porque nos volvemos locos, sino, porque no.

¿ Qué creen?