Strangers in the night
2009/02/23
Se sabe el nombre de la chispa que salta y comparte su holganza con el proscrito ordinario, venida del deseo de tener un cisne salvaje, tibio, ocasionalmente, entre las piernas, no como virtud ni como albur, sino que fuera recogida, en la sombra depuesta, en las palabras encendidas que son el fuego de otra especie, en el entusiasmo de las manos, en las muertes y bienvenidas de mis tantos.
Sombra y palabra. El claroscuro del cuerpo bajo la marca de la mirada.
Hemos vuelto al tiempo de la Reina de Espadas. Y ella nos dice que la casualidad es un tiempo que no vuelve, una forma de vivir que ya nos abandonó.
El cielo impúdico perdido en el paraíso de las calles. Se disfruta el soplo que evoque en cada tajada el desconocido mecenas.
Las buenas noches del lado fantasma. No dejarlas perder como un cumplido al delincuente, a mi misma y a la coincidencia. Darse cuenta de que aunque corto y desconocido, no hay ciclo fácil para hacerlo salir.
Usted siempre busca ser desheredada, lo he dicho, de mala, no le creo aùn.
por Eco 2009/02/28 at 2:16 amY si el objetivo es reconfortarme, puede ser mejor, en algunos dìas.
por Eco 2009/02/28 at 2:18 amTiene razòn con lo de la web y creo que voy a tener que hacerle un control de lectura porque se me quiere desviar.
Ja, ja, ja. permìtame reirme. Y ya que le di paso a la infiltraciòn agradezca.
por imandemujer 2009/03/02 at 6:19 pm